Todos cometemos errores. Vale, has cometido
un error. Pero ya está. Y ahora, ¿qué vas a hacer? ¿Sabes una cosa ? Eres humano.
Vas a cometer errores, infinitos de ellos. Te equivocarás una y otra vez. Has
cometido errores en el pasado, todavía continuas equivocándote a día de hoy, y
lo seguirás haciendo.
Creo que hay que aprender a tener un poco
de compasión por uno mismo. La mayoría de los errores no son “fatales”, así que
todo tiene solución. No te preocupes demasiado antes de tiempo. Aunque hayas
cometido muchos errores en el pasado, has sobrevivido a ellos. Incluso ahora,
seguro que eres más fuerte y has aprendido muchas cosas. Incluso seguro que te
has podido beneficiar de alguno de ellos, y ¿qué hay de malo?
Supongo que es lógico que ninguno de nosotros
quiera cometer errores a propósito. De hecho, quiero pensar, que intentamos dar
lo mejor de nosotros en todo momento, a pesar de que no siempre las cosas
salgan como nosotros queremos o esperamos.
No somos perfectos. No te escondas de tus
propios errores. No los intentes disimular o encubrir, porque será peor. Hazme
caso… Lo que si puedes hacer es intentar arreglar el daño que has podido
ocasionar y aprender de todo aquello que salió mal. Transforma el error, lo
“malo” o negativo, en algo positivo. A veces quiero pensar que cuando hacemos
ese “ejercicio” no volveremos a cometer el mismo error. A lo mejor parecido,
pero nunca el mismo. Como si hubiésemos aprendido la lección. De hecho, para
mi, todo está destinado, y si hay algo que nos ha ido mal, por duro que sea,
nos habrá servido para mejorar como persona y ser humano.
Tenemos más poder del que creemos. Tan sólo
nos falta creer más en nosotros mismos.